Las tecnologías que ayudan a la arqueología 2.0 a reescribir la historia.
Innovaciones como el LIDAR y la secuenciación de ADN están revelando datos del pasado inaccesibles a las técnicas de investigación tradicionales.
En el 1991 mientras los obreros trabajaban en la zona del Bajo Manhattan de Nueva York - EE. UU donde estaban preparando el terreno para un nuevo edificio federal, desenterraron cientos de ataúdes.
A medida de que profundizaban la excavación más descubrieron casi 500 esqueletos muchos enterrados junto a artículos personales como botones, conchas y joyas. Las investigaciones posteriores revelaron que los restos tenían entre 200 y 300 años, y todos eran africanos y afroamericanos.
Los avances en el análisis químico y genético permitieron a los investigadores averiguar dónde habían nacido muchas de estas personas, qué tipo de desafíos físicos habían sufrido e incluso qué ruta habían tomado desde África para llegar a América del Norte.
El antropólogo del College of William & Mary Joseph Jones, quien participó en la investigación de los restos, comentó que la ciencia avanzaba incluso más mientras su equipo todavía excava. Al inicio de su excavación, analizaron los restos de los esqueletos con las mismas técnicas que los arqueólogos habían usado durante casi un siglo, midiendo el tamaño de los huesos y observando los daños que habían sufrido para deducir los detalles de la vida de esas personas. Sin embargo, hoy en día el equipo usa las técnicas modernas con las que las generaciones previas de investigadores sólo podían soñar: láseres para cortar trozos muy pequeños de esmalte dental para analizar los isótopos atrapados en su interior y secuenciaciones de ADN antiguo para relacionar a las personas que murieron hace siglos con sus descendientes.
El análisis científico del sitio añadió interesantes datos a estos movimientos sociales y cambió la forma en la que muchos estadounidenses veían la fundación de su nación.
Hoy en día, los investigadores complementan la bioarqueología con fotografías en 3D, LIDAR, imágenes de satélite y muchas herramientas más.
Las exploración de alta tecnología, a veces llamada "arqueología de datos" se adapta bien al estudio de la historia urbana. Usando tecnologías de detección remota como LIDAR, los investigadores pueden descubrir la red completa de una ciudad, lo que nos da una mejor idea de cómo habría sido pasear por los barrios y mirar las tiendas. Este tipo de datos permite recreaciones digitales precisas, lo que significa que los historiadores pueden convertir un sitio remoto e inaccesible en algo que cualquiera podría visitar online.
Estos datos también democratizan la historia, los investigadores ya pueden examinar miles de restos y procesar grandes conjuntos de datos para comprender las experiencias de la gente común, no solo de los pocos afortunados que poseían las tierras, estampaban sus nombres en monumentos u ocupaban algún cargo público.
Autor : Annalee Newitz
MIT Technology & Review
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