La minería recurre a la IA para luchar contra la crisis del litio
A medida que los yacimientos se vacían y la demanda mundial de materiales como el cobalto y el grafito no para de aumentar, el sector minero necesita nuevas herramientas para detectar buenos yacimientos. Eso es lo que está haciendo KoBold, con el apoyo de Bill Gates y Richard Branson, entre otros.
Usando esta serie de herramientas de software de alta tecnología, la empresa de exploración minera con sede en San Francisco (EE. UU.), respaldada por Bill Gates y Jeff Bezos, puede cambiar sus planes de estudio aéreo cada día para localizar más rápidamente los lugares prometedores para perforar.
Es una forma bastante diferente de cómo los geólogos buscaban tradicionalmente los yacimientos de minerales, recogiendo datos de campo y analizándolos cuando terminaba la temporada de exploración. Mientras los métodos convencionales se basaban completamente en la interpretación humana, en la actualidad, la ciencia de datos y el aprendizaje automático se están convirtiendo en una parte más importante del esfuerzo por encontrar el próximo gran descubrimiento subterráneo. Los inversores de Silicon Valley (EE. UU.) ya saben que los metales que respaldan la tecnología moderna son cada vez más difíciles de encontrar a medida que la demanda del sector de las energías limpias crece exponencialmente, y ya apuestan a que las empresas como KoBold pueden ayudar al negocio minero a mantenerse al día, acelerando el descubrimiento de nuevos minerales y reduciendo sus costes.
Independientemente de si esa corazonada resulta correcta o no, los expertos creen que la participación de las principales empresas tecnológicas podría llamar la atención sobre la falta de inversión en nuevas minas y quizás atraer los fondos necesarios para las start-ups que esperan conseguir metales de una manera más respetuosa con el medio ambiente y socialmente responsable.
Se espera que la demanda de metales y minerales como el litio, el cobalto, el grafito y el níquel, todos utilizados en baterías que alimentan los vehículos eléctricos y la red, aumente en los próximos años. Pero el sector minero no va a ese ritmo. Se puede tardar más de una década en poner en funcionamiento minas nuevas hasta que la empresa consiga los derechos y permisos. Descubrir el mejor lugar para cavar puede llevar aún más tiempo: los nuevos yacimientos de minerales son cada vez más difíciles de detectar ya que la mayoría de los de alta ley fácilmente identificables ya se han encontrado y la inversión en la exploración sigue disminuyendo.
Puede ser difícil saber si el aprendizaje automático u otras herramientas de inteligencia artificial están ayudando a los humanos a descubrir algo que no encontrarían por sí solos, reconoce la geóloga de exploración Holly Bridgwater de Unearthed, la organización australiana que organiza hackatones y otros esfuerzos para promover la innovación en el sector de los recursos. Explica que solo se ponen a prueba unos pocos posibles objetivos mineros seleccionados, porque el proceso es muy costoso. "Obtener ese ciclo positivo de feedback de lo que realmente funciona es un desafío", destaca la geóloga.
Autor: Maddie Stone MIT Technology Review
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