La mayor planta de captura de CO2 de Europa podría arrancar en 2026

La instalación, que se ubicaría en Escocia, podría capturar hasta un millón de toneladas métricas de dióxido de carbono al año y enterrarlo en las profundidades del Mar del Norte. La contaminación eliminada se vendería en forma de créditos de carbono para compensar las emisiones más difíciles de evitar, reflejando la creciente demanda de capturar carbono a medida que cada vez más países y corporaciones establecen planes de cero emisiones netas que dependen principalmente, ya sea directa o indirectamente, del uso de árboles, máquinas u otros medios para extraer el dióxido de carbono del aire.

Los investigadores del clima creen que el mundo podría necesitar miles de millones de toneladas de dióxido de carbono eliminadas anualmente a mediados de este siglo para abordar las "emisiones residuales" de la aviación y la agricultura que no podremos limpiar de manera asequible hasta entonces, y para alejar la emergencia climática de los niveles de calentamiento extremadamente peligrosos.

"No podemos detener todas las [fuentes de] emisiones. Es demasiado difícil, caro y problemático. Ahí es donde entra en juego la captura de carbono. Estamos viendo una creciente comprensión de que será esencial", afirma el director ejecutivo de Carbon Engineering, Steve Oldham, que tiene su sede en Columbia Británica (Canadá).

El hito de los 100 dólares por tonelada Oldham no quiere decir cuánto planean cobrar las empresas por tonelada de carbono eliminado y asegura que aún no conocen los costes que tendrá la planta europea.

Pero confía en que, con el tiempo, la empresa alcanzará el objetivo de los niveles de coste para la captura directa de aire, identificado en el análisis de 2018 publicado en Joule, dirigido por el fundador de Carbon Engineering y profesor de la Universidad de Harvard (EE. UU.), David Keith, en el cual se puso el rango de entre 94 y 232 dólares (80 y 198 euros) por tonelada cuando la tecnología llegue a la escala comercial.

Oldham está de acuerdo en que la construcción de más plantas será la clave para reducir los costes, y señala que Carbon Engineering vería grandes disminuciones desde su primera planta hasta la segunda. La caída de esa curva dependerá de la rapidez con la que los gobiernos adopten los precios del carbono u otras políticas climáticas que creen una mayor demanda de la eliminación de carbono, añade Oldham. Básicamente, estas políticas obligarán a los sectores "difíciles de resolver" como la aviación, el cemento y el acero a empezar a pagar a alguien para que limpie sus emisiones.

Autor: James Temple

MIT Technology Review

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