Cómo son las "hormigas esclavistas" que capturan a otras hormigas para que sean sus obreras
¡Paren todo! Y tienen que creernos cuando les decimos que aún la esclavitud no ha sido abolida por completo, o por lo menos no en el reino animal, en específico en el mundo de las hormigas, porque la sociedad humana hasta tiene un día internacional para conmemorar la abolición de la esclavitud (2 de diciembre de cada año).
El día de hoy a las hormigas las vamos a llamar con toda propiedad ¡esclavistas! pero, si alguien estaba preocupado, ellas no esclavizan a las de su misma especie, si no que esclavizan a sus parientes genéticos, por así decirlo.
Algunas hormigas esclavistas capturan a otras hormigas obreras de la especie a la que esclavizan y las llevan a su colonia para que trabajen para ellas, atiendan a sus crías, les ayuden a defenderse, busquen alimento para ellas y mangan limpias las colonias. Literalmente son sus amas y señoras.
Por lo general y lo más frecuente es que capturen a estás obreras en estados de muy, pero muy temprano de desarrollo, básicamente en forma de larvas.
¿POR QUÉ SURGE ESTÁ PECULIARIDAD?
Las hormigas tienen una necesidad de desarrollarse en sociedades complejas, con castas de individuos que desempeñan diferentes tareas (trabajo, reproducción, defensa) y que cooperan para mantener una colonia y sacar adelante a la prole. Es perfectamente lógico que, de la misma forma que la eusocialidad vino acompañada por una multiplicación de los quimiorreceptores, la pérdida de parte de estos conlleve igualmente una atenuación de esa condición tan especial.
Pero claro, ¿Y la relación e importancia? Pues vale la pena decir que estás obreras de las esclavistas tienen la capacidad de reproducirse (han recuperado ese rasgo), lo que se atribuye a la pérdida de la capacidad para percibir y responder a las feromonas de la hormiga reina que inhiben la actividad reproductora.
En un estudio reciente que citó BBC Mundo las hormigas obreras han perdido la capacidad gustativa en un 50 % y la olfativa en un 25%, por lo tanto, son capaces de identificar por esas vías muchas menos sustancias que las que identifican las hormigas esclavistas.
Esto se traduce en que las hormigas que perdieron la mayoría de sus receptores gustativos ya no buscan alimentos, porque tienen quien lo haga por ellas (además de cumplir todas sus órdenes).
El estudio citado también indica que en las especies de hormigas esclavistas la perdida de gran parte de los genes olfativos se ha producido de manera "independiente en estas especies" y, puesto que no es casualidad que esto suceda, la consecuencia que se extrae es que se trata de una pérdida ventajosa, una de la que decimos que es de alto valor adaptativo, probablemente porque producirlos y mantenerlos conlleva un coste que no se ve compensado por una ganancia equivalente.
Autor: Juan Ignacio Pérez Iglesias
BBC News Mundo
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