Redes sociales y firmas 'online': las armas políticas de la Generación Z
Las plataformas digitales tienen el potencial de redefinir el compromiso cívico y permitir que las opiniones tanto de los jóvenes como de las personas mayores tengan un papel más profundo en la formulación de políticas. Como mi generación se expresa online, los legisladores que están dando forma a nuestro futuro tendrán que descubrir la mejor manera de escuchar a nosotros, que viviremos en ese futuro. De lo contrario, el entusiasmo de los jóvenes por la política podría desaparecer. En un momento en el que nuestra confianza en el Gobierno se acerca a mínimos históricos, el futuro de la participación política está en juego.
La democracia digital La idea de que la combinación de la tecnología y las nuevas generaciones está redefiniendo la política no es nueva; lo mismo sucedió con la radio y luego con la televisión. Pero las redes sociales, en particular, han traído unos cambios únicos y eso significa que mi generación tiene un papel clave para descubrir cómo se utilizan estas plataformas.
La forma en la que los jóvenes usan estas herramientas ya está cambiando las campañas políticas y la organización. Muchas ONG y otros grupos están reclutando a cada vez más jóvenes para puestos importantes dentro de sus organizaciones.
La clave para asegurarse de que los jóvenes sigan participando reside en incluirlos en más conversaciones políticas, según la directora del Laboratorio de Gobernanza de la Universidad de Nueva York y primera directora de innovación de Nueva Jersey (ambos en EE. UU.), Beth Simone Noveck. Ella dirige el proyecto CrowdLaw, que estudia las formas en las que los legisladores pueden usar tecnología para incorporar las opiniones de los ciudadanos, especialmente de los jóvenes, en el proceso legislativo. También dirige un programa de GovLab denominado ReinventED, que se centra en el uso de la tecnología para involucrar a los estudiantes, educadores y cuidadores, especialmente de las comunidades marginadas, en los esfuerzos por resolver algunos problemas educativos.
El trabajo realizado por ReinventED muestra que las prioridades de los estudiantes, incluso durante la pandemia, se inclinan hacia la resolución de problemas del mundo real y la mejora de las materias académicas no tradicionales. Los formuladores de políticas, por otro lado, están más preocupados por la salud pública y los planes de reapertura de las escuelas.
Sin embargo, las plataformas digitales pueden ser un arma de doble filo. Es posible que la participación en distintos movimientos online no se traduzca en un compromiso offline; algunos expertos advierten que podría tener el efecto contrario. "En las redes sociales, se puede obtener un montón de interés, a veces muchísima actividad, porque es muy fácil sentir que se ha participado con solo hacer clic en un enlace, retuiteando algo o usando un hashtag. Lo que no está claro es si las redes sociales ayudarán o dañarán la capacidad de los activistas para mantener sus intereses en una campaña de cambio a largo plazo", afirma el profesor de sociología en Williams College (EE. UU.) Nicholas Carr.
En cambio, el resultado puede ser el "slacktivismo", el término acuñado durante el auge de internet para la práctica de apoyar públicamente una causa mediante formas que requieren poco esfuerzo, a menudo para quedar bien. "Eso puede disminuir o incluso degradar la seriedad del discurso político de una manera que puede obstaculizar nuestra capacidad para resolver grandes problemas", explica Carr.
Autor: Kiara Royer
Fuente: https://www.technologyreview.es/
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