La desconexión de Tonga expone la debilidad de internet en el mundo
La explosión del volcán submarino Hunga Tonga–Hunga Ha'apai, frente a la costa de Tonga ha incomunicado digitalmente al pequeño Estado, y lo peor, pueden pasar semanas hasta que logren solucionar el problema. Si bien el empresario Elon Musk ofreció envíar satélites de Starlink, esta no parece ser una solución rápida a este problema.
Este desastre que puso en alerta las costas de varios países en el mundo, también dejó en evidencia la fragilidad que tienen algunas partes más externas de la red de internet.
Para los tonganos este problema podría hasta costarle la vida, puesto que dificulta mucho más la coordinación de las misiones de ayuda o rescate. En este mundo tan interconectado, Tonga está completamente a oscuras y es casi imposible obtener información sobre lo que ocurre ahí. Resulta vital que el país vuelva a estar online, pero eso podría llevar semanas.
Según los datos de la empresa dedicada al rendimiento de sitios web Cloudflare, el tráfico de internet se redujo casi a cero alrededor de las 17:30, hora local, el 15 de enero. Esa conexión aún no se ha restablecido, asegura el experto de la compañía de observatorios de internet Kentik Doug Madory, que ha estado monitoreando el tráfico web del país.
Motivos de la desconexión
Si bien no se conoce la razón por la cual Toga se quedó sin conexión a internet, se especula que el cable submarino que conecta su internet con el resto del mundo ha sido destruido por la explosión volcánica. Dean Veverka, el director de Southern Cross Cable Network, reconoció ante la prensa que la información que tienen es todavía “incompleta, pero parece que el cable ha sido cortado y podría tardar más de dos semanas en arreglarlo”.
Reparar el cable submarino no es para nada fácil, para ello tendrían que utilizar un buque de tendido de cables submarino, y el más cercano a esta recóndita isla está en Port Moresby, la capital de Papúa Nueva Guinea, a más de 4000 kilómetros de Tonga.
Problemas en el mundo
Esta interrupción de internet muestra hasta qué punto la conectividad del mundo puede depender de un único punto de avería. "Es una de esas historias que desmiente la idea de que internet fue diseñado para resistir guerras nucleares. Un chicle mantiene unida la mayor parte", resaltó el profesor de ciberseguridad de la Universidad de Surrey (Reino Unido) Alan Woodward.
Se vé que es clara la brecha de conectividad, y es urgente conseguir una solución para su pronto cierre. Sabemos que países como Estados Unidos y Rusia no van a pasar por este problema, pero hay que tener claro que los conflictos geopolíticos son cada vez mayores, por ende, eventos como las guerras mostrarían las verdaderas debilidades de la conexión.
Dado que internet se considera cada vez más como el cuarto servicio vital, junto con la calefacción, la energía y el agua, una interrupción tan prolongada para 100.000 personas es una gran catástrofe, que agrava los impactos físicos directos de la erupción.
Autor: Redacción Building Up