Las políticas clave para que la fotovoltaica destierre al carbón para siempre

Son varios los esfuerzos para que la energía renovable sea más barata que el carbón. Sin embargo esos esfuerzos parecían estar más dirigidos hacia la búsqueda de nuevas tecnologías que hacia el fortalecimiento de las energías renovables ya existentes. Es por eso que empresas como Google abandonaron su búsqueda y se dedicaron a consolidar sus acciones en torno a la energía solar.

Si bien Google acertó cuando pasó de la I+D a la implementación, se podría decir que todavía apostaba a lo grande por escalar la tecnología equivocada. A principios de la década de 2010, la carrera solar parecía una competición reñida entre la energía solar fotovoltaica (PV) y la energía solar concentrada (CSP) a gran escala (a nivel de empresa de servicios públicos), que utiliza fluidos calentados por luz solar para accionar las turbinas eléctricas. Google no es el único que no predijo bien la caída del precio de las células solares en las últimas décadas y su impacto en nuestra forma de pensar en la energía limpia. Los costes de la energía solar fotovoltaica se redujeron aproximadamente en un factor de 10 en la última década

Hay dos puntos importantes en esa declaración. En cuanto al Sol es obvio: la energía solar siempre será más barata en España que en Finlandia, pero el informe concluye que en muchos lugares actualmente la energía solar es más barata que el carbón y que el gas natural.

A pesar de la caída del precio de la energía solar, la transición a las energías renovables seguirá siendo costosa. La gran pregunta, por supuesto, sigue siendo el precio en comparación con qué; el cambio climático también tiene sus costes. La energía solar barata se vuelve aún más atractiva desde el punto de vista económico para los desarrolladores si se consideran los costes sociales y ambientales de las emisiones de carbono de los combustibles fósiles.

Pero si el objetivo es generar energía solar fotovoltaica más barata, también será crucial aumentar la I+D para fomentar nuevas mejoras en la eficiencia de las células solares y encontrar avances en la fabricación que permitan ahorros aún mayores. Y resulta fundamental seguir explorando las fronteras científicas en busca de otros materiales solares que algún día puedan ser aún más eficientes y económicos.

La energía solar fotovoltaica es barata, pero no gratis. Pagar el precio para que sea cada vez más barata merece la pena.

Autor: Gernot Wagner MIT Technology Review

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