¿Capturar carbono o reducir emisores?

En febrero, el gigante petrolero Shell anunció un escenario en el que el mundo sería capaz de limitar el calentamiento global a 1,5 °C hasta 2100, aunque el gas natural, el petróleo y el carbón seguirían generando una gran parte de la energía mundial.

Entre otras cosas, la estimación de Shell implica una rápida instalación de sistemas de captura de carbono en las centrales eléctricas, una mayor producción de nuevas máquinas capaces de absorber el dióxido de carbono directamente del aire y la plantación de suficientes árboles para cubrir terrenos casi del tamaño de Brasil con la esperanza de absorber miles de millones de toneladas de gases de efecto invernadero.

Este plan refleja claramente los propios intereses de la empresa, pero las enormes ambiciones de Shell para la eliminación de carbono no son nada raras. Un creciente número de empresas está estableciendo programas para crear o intercambiar compensaciones de carbono mediante plantación de árboles gestión del suelo y otros medios para supuestamente equilibrar las emisiones en otros lugares. Mientras tanto, numerosas corporaciones y países anuncian planes de "cero emisiones netas" basadas en estos programas, con start-ups de eliminación de carbono que proliferan rápidamente en primera posición de sus presentaciones para inversores unas proyecciones que algunos consideran demasiado optimistas.

Expectativas imposibles

Las emisiones globales siguen creciendo, aumentando las temperaturas y provocando olas de calor, incendios y sequías cada vez más extremos. Como el dióxido de carbono persiste durante cientos o miles de años en la atmósfera, existe poca controversia científica sobre la necesidad de eliminar cantidades masivas para evitar los niveles de calentamiento realmente peligrosos o para que el planeta vuelva a tener un clima más seguro.

La pregunta es cuánto. Para mantener el calentamiento global en 1,5 °C varios modelos científicos han calculado entre las 1.300 millones de toneladas al año a las 29.000 millones de toneladas hasta mediados de este siglo. Un informe de la ONU de 2017 estimó que, para evitar que el planeta se caliente más de 2 ˚C, se requerirá retirar 10.000 millones de toneladas anuales hasta 2050 y 20.000 millones hasta 2100.

Bosque para los árboles

Un artículo publicado en la revista Science en 2019 afirmó que había espacio para añadir casi 1.000 millones de hectáreas de árboles en todo el mundo, lo suficiente para reducir más de 200.000 millones de toneladas de carbono. Los autores lo describieron como "una de las soluciones de reducción de carbono más efectivas hasta la fecha". La reforestación a gran escala también ofrece numerosos beneficios adicionales, como la protección de la biodiversidad, la mejora del suelo y el suministro de valiosos recursos a las poblaciones locales. Separar objetivos Entonces, ¿cómo podemos lograr el equilibrio adecuado, usando la eliminación de carbono para reducir los crecientes peligros del cambio climático sin permitir que se convierta en una distracción de la prioridad mayor de reducir las emisiones?

Como mínimo, los legisladores de todo el mundo no deberían permitir que los elevados objetivos corporativos de cero emisiones netas y el ajetreo sobre la eliminación de carbono reduzcan la presión de las agresivas leyes y regulaciones climáticas que exigen recortes de las emisiones o incentivan un cambio hacia tecnologías más limpias.

Autor: James Temple

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