Calor extremo = asesino silencioso
Un ejemplo claro de ello es el caso de Lytton, un pequeño pueblo de la Columbia Británica, en Canadá, que registró a principios de julio la temperatura más alta de la historia en el país con 49,5 °C.
Eso provocó incendios sin control que envolvieron al pueblo en llamas y sus 250 habitantes tuvieron que huir para salvar sus vidas.
Noticias menos dramáticas pero no menos preocupantes se repiten en toda la costa oeste de América del Norte ante las alarmantes altas temperaturas que se registran desde que comenzó el verano boreal.
El planeta ya se ha calentado alrededor de 1,2 °C desde que comenzó la era industrial y las temperaturas seguirán aumentando a menos que los gobiernos de todo el mundo hagan recortes drásticos en las emisiones de CO2, advierten los científicos.
Y las altas temperaturas tienen consecuencias directas y letales sobre nosotros.
El calentamiento global no solo se traduce en aumento de temperatura. Existen otras consecuencias que afectan directamente nuestra vida en la ciudad e incluso pueden ponerla en peligro.
Autora: Analía Llorente
BBC News Mundo