Esta startup quiere elaborar combustible sintético con viento, agua y aire. Su objetivo: acelerar la descarbonización

La meta de algunas nuevas empresas o “Startup” de reducir la dependencia de los combustibles fósiles está cada vez más cerca. Esta vez, la planta Haru Oni, ubicada en Chile, ya se encuentra realizando combustible a partir de agua, viento y aire. Y, si todo sigue según lo previsto, en cuestión de meses empezará a generar el conocido como e-Fuel, con un norte claro: demostrar que es posible crear a gran escala combustibles sintéticos y verdes válidos para todo tipo de vehículos, desde coches a barcos o aviones.

Haru Oni es el resultado de la suma de fuerzas de la startup chilena Highly Innovative Fuels y grandes multinacionales del sector energético y la industria tecnológica y de la automoción, como Siemens, Enel, Enap, Exxon, Porsche o Gasco. La idea es crear una de las primeras plantas dedicadas a generar e-Combustibles, lo que incluye, gasolina y GLP neutros en carbono.

Esta Startup destaca por los materiales que implementa. Sus materias primas serán el agua, el viento y el aire. Eso y tecnología de última generación, claro. Su mecánica se divide en cuatro grandes fases. Durante las primeras, la planta capta dióxido de carbono (CO2) y elabora hidrógeno verde. El CO2 se obtiene de la atmósfera o de fuentes industriales y el hidrógeno gracias a un proceso denominado electrólisis, durante el que se utiliza energía eólica para separar el hidrógeno y el oxígeno en el agua.

Con estos "ingredientes" sobre la mesa, la planta de Haru Oni afronta la tercera fase: combina el hidrógeno verde y el CO2 en un reactor y obtiene el primer e-Combustible, un material que gracias a tratamientos adicionales puede reconvertir en e-Gasolina o combustible de aviación sostenible (SAF).

El papel fundamental que desempeñará la energía eólica es precisamente la razón de que sus responsables hayan decidido fijar Haru Oni en Punta Arenas, al sur de Chile, una zona de fuertes corrientes y donde quieren sacar partido al viento de Magallanes. En total, sus impulsores calculan que se producirán 130.000 litros anuales de e-Gasolina y 350 toneladas de e-Metanol crudo.

Siemens va más allá y concreta la hoja de ruta de la planta: en una fase piloto calcula que se generarán 750.000 litros anuales de e-Metanol, objetivo que en su web fija ya para este mismo ejercicio, que en parte servirá para la producción de e-Gasolina. A medio plazo la meta será bastante más ambiciosa: alcanzar 55 millones de litros en 2024 y superar los 550 para 2026.

La planta de Chile ocupará una superficie de 3,7 hectáreas y requerirá una inversión de entre 51 y 55 millones de euros. Las obras arrancaron el verano pasado y la compañía plantea que su puesta en marcha y la entrega del primer e-Combustible esté lista en el segundo semestre de 2022.

Autor: Carlos Prego

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