Estimulación cerebral para combatir la pérdida de memoria en la vejez

Según una nueva investigación existe una manera novedosa y no invasiva de estimulación cerebral que podría ayudarnos a combatir la pérdida de memoria la cual nos afectará a todos a medida que envejecemos.

La técnica se puede adaptar para mejorar la memoria a corto o a largo plazo, y los beneficios parecen durar al menos un mes. Es la primera vez que se demuestra que este tipo de estimulación cerebral tiene efectos tan duraderos en la memoria humana, aseguran los investigadores detrás de este estudio.

"Fue una intervención muy breve que produjo un efecto inmediato y muy duradero", afirmó el ingeniero neural del City College de Nueva York (EE UU) Marom Bikson, que no participó en el estudio. "Se requiere más investigación, pero si esto funciona, podría estar en la consulta de todos los médicos y al final podría ser algo que la gente use en casa", añadió.

Esta técnica, llamada estimulación de corriente alterna transcraneal (tACS), permite pulsos suaves de electricidad al cráneo a través de los electrodos incrustados en una especie de gorro de natación.

Aunque este método proporciona electricidad a las regiones del cerebro, los niveles son demasiado bajos para activar las células cerebrales. No obstante, la estimulación de corriente alterna transcraneal modifica la forma en la que se activan las células, explicó el neurocientífico de la Universidad de Boston (EE UU) Rob Reinhart, quien dirigió el estudio.

Asimismo, el equipo utilizó una forma moderna de alta definición de tACS, que permite a los investigadores dirigirse a pequeñas regiones del cerebro. El grupo decidió centrarse en dos regiones del cerebro que se sabe que tienen algo que ver con la memoria: la parte de la corteza prefrontal en la sección frontal del cerebro, que está involucrada en la memoria a largo plazo, y el lóbulo parietal inferior, la región en la parte posterior del cerebro que se cree que influye en la memoria a corto plazo.

Hormigueo, picazón y calor

El equipo reunió a 60 voluntarios, todos con edades comprendidas entre los 65 y los 88 años, que se dividieron en tres grupos, en la primera actividad se le leía una lista de 20 palabras a cada persona y todas tenían que recordarlas más tarde. Mientras realizaban esta tarea, a un tercio del grupo se le moduló la corteza prefrontal del cerebro, y a otro tercio los lóbulos parietales. El tercio restante tenía puesta un gorro de electrodos, pero no recibió ningún estímulo.

Aquellos que recibieron estimulación cerebral no sintieron nada drástico, señaló Reinhart. "Cuando pasa la corriente, se siente un ligero hormigueo, picazón, pinchazo o sensación de calor", indicó el experto.

La sesión de 20 minutos se repitió durante cuatro días consecutivos. En esos cuatro días, las personas que recibieron estimulación cerebral mejoraron su capacidad para recordar palabras. No hubo tal mejora entre aquellos que no fueron estimulados.

Reinhart y sus colegas volvieron a ver a sus voluntarios un mes después de terminar el experimento y no saben si las mejoras duraron más allá de ese punto. Aunque el estudio encontró que los voluntarios recordaban mejor las palabras de la lista, Reinhart no sabe si su memoria progresó en general ni si la estimulación mejoró sus vidas de alguna manera.

"Los efectos son realmente específicos, y no algo que beneficiaría a una persona que quisiera mejorar su memoria de manera más genérica", indicó Cohen Kadosh, quien señaló que las personas que quieren memorizar un contenido para un examen, por ejemplo, no solo quieren recordar la primera y la última cosa que leyeron, sino deben recordarlo todo. "Tenemos que ver si realmente hay un efecto en las funciones de la vida cotidiana", resaltó este neurocientífico.

Fuente: Technologyreview

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